Miércoles, 25 Marzo 2020 09:21

Análisis de ‘El libro del día del Juicio Final’

Escrito por UCC+i

Virtualizamos la tercera sesión de ‘Cienciaficcionados’, analizamos la obra de la escritora Connie Willis y lanzamos algunas preguntas para que las personas interesadas planteen sus aportaciones


Título: ‘El libro del día del juicio final’
Autora: Connie Willis
Año de publicación: 1991
Género: Cienciaficción


Resumen

A mediados del siglo XXI, Kivrin, estudiante de Historia, decide viajar en el tiempo para observar in situ una de las eras más mortíferas y peligrosas de la historia humana: la Edad Media asolada por la peste negra. Sin embargo, una crisis que enlaza al pasado, presente y futuro atrapa a Kivrin en uno de los años más horribles del medievo, mientras sus compañeros de Oxford, en el año 2054, víctimas de una enfermedad desconocida, intentan rescatarla. Perdida en una época de superstición y miedo, Kivrin descubre que se ha convertido en un ángel de esperanza durante una de las horas más oscuras de la historia.


Análisis


A lo largo de la obra, la autora explora temáticas como la enfermedad, el miedo a lo desconocido, el sufrimiento o la sólida voluntad de la sociedad por sobrevivir y sobreponerse a las más aciagas circunstancias. Se trata de asuntos de profundo calado para la humanidad, recurrentes en la literatura universal y que la narradora abarca desde dos líneas temporales completamente distintas, pero que sin embargo trascienden a cualquier época, cultura o religión. Cuando el temor colectivo acecha y el pánico llama a la puerta, golpea directamente en la línea de flotación del espíritu humano, quebrantando los pilares sobre los que se sustenta cualquier sociedad. El miedo, como la muerte, nos iguala.


La joven investigadora Kivrin viaja al pasado para estudiar las entrañas del Medievo más desconocido y allí vive en primera persona la devastación de la peste negra. En este intempestivo siglo XIV, como es tradición en cualquier catástrofe, brota esa bipolaridad tan humana en la que los actos más deleznables y las acciones más heroicas y altruistas resultan ser dos caras de la misma moneda.


En el 2054, en una sociedad hiper inmunizada y en el que la ciencia médica ha avanzado a pasos agigantados, un virus desconocido se expande rápidamente y causa graves estragos entre la población. Si en el medievo atribuyen la pandemia a un castigo divino por los pecados cometidos, en la línea temporal futura que propone la novela un sector de la población no duda en dar pábulo a ciertas patrañas sobre el origen del nuevo patógeno: ¿Una gripe hindú?, ¿Un germen que vino de Uruguay? ¿O un virus que se creó en los sistemas de calefacción de la Universidad?


Como era de esperar, todas estas teorías de dudosa base científica demostraron ser erróneas al final de la trama. Los bulos también parecen ser atemporales. La falta de información contrastada dispara la inventiva y la ausencia de cultura científica es el caldo de cultivo en el que parece germinar la ignorancia.


En plena segunda mitad del Siglo XXI, y en una sociedad tecnológicamente avanzada en la que todo parece estar bajo el control del Big Data, un patógeno microscópico pone en jaque a la ciudad de Oxford. Los hospitales se sitúan al límite de su capacidad, se colapsan las líneas telefónicas, escasea el material sanitario, se agotan lo equipos de protección y, cómo no, también el papel higiénico. A menos que la autora Connie Willis venga realmente del futuro, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.


La sociedad futura que describe la novela, no muy diferente a la actual en su marco socio cultural, describe un ritmo de vida subordinado a la inmediatez, repleto de adictos al corto plazo y a la satisfacción del ‘ya’. En este contexto, la ausencia de respuestas y soluciones inminentes a la expansión del virus dispara los comportamientos irracionales y favorece la proliferación de un cierto grado de caos que azota el equilibrio social.
Frente a ello, tal y como refleja la obra, la única alternativa posible, además del sentido común como solución paliativa, pasa por comprender el virus y establecer un tratamiento adecuado. ¿Es el conocimiento científico el auténtico y verdadero Ángel de la Esperanza que encarna Kivrin en la Edad Media?


Sin ningún ánimo de destripar la novela, en el año 2054 tuvieron la ventaja de contar con la Ciencia. Según los datos más optimistas, la Peste Negra exterminó a más de 25 millones de personas sólo en Europa.

 

Preguntas para plantear


A continuación, planteamos algunos de los interrogantes que suscita la obra. En cualquier caso, nos abrimos a debatir cualquier otra aportación, duda o inquietud que deseéis plantear vía correo electrónico (Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.) o a través de los perfiles de redes sociales de la Unidad de Cultura Científica de Twitter (@CórdobaCiencia) o Facebook (@UCOcordobaciencia)
• ¿Cómo podemos, a nivel individual, combatir la propagación de bulos?
• ¿Hasta qué punto es posible que prevalezca el interés general y colectivo por encima del interés particular?
• ¿Puede salir reforzada la sociedad después de una crisis como la que plantea la novela?
• ¿Qué papel puede jugar la cultura científica en la situación descrita en la obra?
• ¿Qué papel debe jugar a ciencia?
• ¿Qué papel deben jugar los medios de comunicación?
• ¿Está la sociedad demasiado acostumbrada a la inmediatez? ¿Puede ser la inmediatez un factor negativo en este tipo de situaciones?
• ¿Dejarán alguna vez de ser una quimera los viajes en el tiempo?

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