Jueves, 12 Noviembre 2015 16:58

Los proyectos entre centros de investigación y empresas obtienen el 50% de los fondos destinados a bioeconomía

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Una jornada organizada por el ceiA3 reúne a representantes de las administraciones, investigadores y profesionales para analizar la estrategia española de cara a 2030

Presentación de la jornada

 

Gran parte de los recursos que la sociedad consume son fósiles. Esto es especialmente visible en la energía que se emplea para tener electricidad o mover vehículos. Sustituir esa ingente materia prima agotable por materia orgánica renovable es lo que se conoce como bioeconomía. Una jornada organizada por el Campus de Excelencia Internacional Agroalimentario ceiA3 en la Universidad de Córdoba ha reunido a representantes de diferentes administraciones, investigadores y profesionales del sector para analizar la estrategia española en materia de bioeconomía Horizonte 2030. El sector presenta un gran potencial de crecimiento y de interés tanto para los científicos y tecnólogos como para la industria agroalimentaria. Según los datos del Ministerio de Economía y Competitividad presentados por el director del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA), Manuel Lainez, este interés se plasma en los proyectos de colaboración público-privados que obtienen financiación. Más del 50% de los fondos en biotecnología son liberados para estas iniciativas conjuntas.

 

En este sentido, el rector de la Universidad de Córdoba, José Carlos Gómez Villamandos, ha destacado en la presentación de la jornada que “muchos investigadores están relacionados con la bioeconomía en Andalucía buscando sinergias para generar nuevos productos y servicios que interesen a la sociedad”. El director del IFAPA (Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera, de la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de Andalucía), Jerónimo Pérez Parra, ha destacado que la región dispone de “sectores emblemáticos para desarrollar actividades de bioeconomía, como el olivar o la agricultura intensiva”. “No están lejos del campo andaluz conceptos como biorrefinerías”, ha subrayado. Entre las áreas que tienen potencial de desarrollo, Pérez Parra ha destacado el de las microalgas en zonas costeras, “que ofrece oportunidades más allá de la acuicultura”.

 

Estrategia española para 2030

El director del INIA, Manuel Lainez, ha animado a los participantes en las jornadas de ceiA3 a “aprovechar todas las potencialidades de la materia orgánica”. En la actualidad, ésta se emplea generalmente para alimentación o pienso, pero para Lainez tiene “más utilidades que pueden generar valor”. La más básica es la generación de energía y calor, pero la materia orgánica puede dar lugar también a productos químicos, bioplásticos, alimentos y pienso y productos de nutrición y cosmética.

 

A través de tecnologías como la hidrólisis química o la pirólisis se puede transformar la materia orgánica en diferentes productos de consumo o industriales. “Ser eficientes en el uso de carbonos y evitar que se pierdan en la atmósfera es el objetivo final de la bioeconomía. En ese proceso se puede generar riqueza creando nuevos productos o servicios”, ha resumido Lainez.

 

En España, la estrategia del Ministerio de Economía y Competitividad (Mineco) en materia de bioeconomía está dirigida a mitigar el cambio climático, a proporcionar mayor seguridad alimentaria, a dotar de mayor competitividad de las empresas y a la gestión de recursos sostenibles, reduciendo a su vez la dependencia de aquellos recursos no renovables como los combustibles fósiles.

 

Según los cálculos del Mineco, el desarrollo de la bioeconomía implica al 7% de la población ocupada en España y al 5,3% del PIB nacional. En la actualidad, puso como ejemplo Lainez, hay 2.780 proyectos de investigación trabajando en el área de la biotecnología, que implican a más de 3.500 grupos de científicos y tecnólogos. En este sector, “gran cantidad de empresas están acostumbradas a colaborar con los investigadores”, ha explicado Lainez. Fruto de esta colaboración, más del 50% de los fondos públicos se destinan a estos proyectos de colaboración entre centros científicos y el sector privado.

 

Entre las políticas de apoyo a la bioeconomía, Lainez ha recordado la línea específica del programa Horizonte 2020 de la Comisión Europea, el plan estatal de I+D+i y las diferentes líneas de las comunidades autónomas. Las líneas estratégicas de todas estas políticas están dirigidas a generar un mayor conocimiento a través de la investigación científica, tener refuerzo social, crear un tejido empresarial más competitivo y generar demanda entre los consumidores.

 

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