Lunes, 28 de Julio de 2008 10:05

Un estudio realizado por la UCO para el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino destaca los importantes beneficios de las t�cnicas de conservaci�n en la agricultura

G.C. - R.A.
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La desertificaci�n es uno de los principales problemas de Europa. La aplicaci�n de t�cnicas de conservaci�n en la agricultura reduce un un 80% la erosi�n del terreno y cerca de un 30% las emisiones de CO2. Esta son dos de las importantes conclusiones que se extraen de estudio "M�todos de producci�n
agraria compatibles con el medio ambiente: Lucha contra la erosi�n y Agricultura de Conservaci�n" realizado por la Universidad de C�rdoba para el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino. Un 20% de la superficie agr�cola del pa�s se explota ya aplicando este tipo m�todos de producci�n agraria con indudables efectos beneficiosos medioambientales y energ�ticos.

El informe, presentado hoy en el Rectorado por tres de sus coordinadores, Jacinto Ayuso, subdirector general del Ministerio, el investigador y profesor del Departamento de Ingenier�a Rural de la UCO, Jesus Gil Ribes y Rafaela Ordo�ez directora del CIFA de C�rdoba, refleja "de manera concluyente" que todas las zonas son adecuadas para el desarrollo de estas t�cnicas que ralentizan la desertificaci�n del terreno, generan menos gases invernadero e inciden en una reducci�n del consumo de combustibles. Los responsables del estudio han demandado que la Adminsitraci�n refuerce la financiaci�n en apoyo a este tipo de agricultura y la investigaci�n en este campo, al tiempo que han destacado en los resultados finales del informe el elevado consenso existente entere cient�ficos, t�cnicos y agricultores.

En Andaluc�a m�s del 20% del olivar se explota a trav�s de las t�cnicas de cubierta vegetal. S�lamente en C�rdoba y Sevilla, entre el 60 y 70% de estos cultivos se hace a trav�s de estos m�todos que adem�s reciben ayudas. En lo referente a los cultivos de extensi�n unas seiscientas hect�reas de terreno agr�cola andaluz se explotan a trav�s de siembra directa, mientras que el laboreo de conservaci�n ocupa dos millones de hect�reas.