"Hoy 8 de marzo de 2013, en las universidades las pol�ticas de igualdad son necesarias porque:   

    
1.- Todav�a hay que erradicar las desigualdades existentes en el seno de las  propias instituciones acad�micas, por las siguientes razones:

- Existe una clara segregaci�n vertical: En la universidad espa�ola existen pocas catedr�ticas, pocas mujeres en los �rganos de representaci�n y gobierno, en las direcciones de grupos de investigaci�n, en los reconocimientos honor�ficos (doctorados honoris causa), y en los puestos directivos de gesti�n administrativa de la  universidad.

- Se da tambi�n una segregaci�n horizontal, que se manifiesta en la distribuci�n del alumnado: las ingenier�as y las carreras t�cnicas se nutren en alt�simos porcentajes de estudiantes varones, mientras que las mujeres siguen optando por las ciencias de la salud o los grados relacionados con la educaci�n infantil, el trabajo social. Esta especializaci�n vinculada a los roles de g�nero tiene tambi�n su reflejo en la asignaci�n del profesorado a las �reas de conocimiento y en distribuci�n de trabajadores y trabajadoras en los distintos servicios.

- En la universidad se sigue haciendo un uso sexista del lenguaje y no se apuesta decididamente por visibilizar las aportaciones de las mujeres a la ciencia y al conocimiento.

- Existen, de facto, brechas de g�nero en las retribuciones del personal docente y del personal de administraci�n y servicios, derivadas de los complementos econ�micos vinculados a los m�ritos de investigaci�n, o por la desigual distribuci�n de las horas extras, y pluses, e indirectamente, por el disfrute de excedencias o permisos para la atenci�n de familiares.

- Se reproduce, todav�a, sesgo de g�nero en la producci�n y transmisi�n del conocimiento cient�fico: la investigaci�n realizada por mujeres y la investigaci�n que aborda nuevas cuestiones o fen�menos como los estudios de g�nero no se valora de forma equitativa en relaci�n a otras tem�ticas, especialmente en determinadas disciplinas. Ello afecta de manera decisiva a la promoci�n de la carrera profesional de las investigadoras. Adem�s, la organizaci�n propia del trabajo cient�fico se caracteriza por la creaci�n de redes o c�rculos informales de colegialidad y de poder donde las mujeres permanecen todav�a excluidas o su participaci�n es escasa.

- En algunas universidades todav�a es escasa la prevenci�n de los riesgos espec�ficos de trabajadoras y alumnas en periodo de embarazo, parto reciente o lactancia, y es  insuficiente el desarrollo de medidas y recursos para la conciliaci�n de la vida laboral, acad�mica, personal y familiar, no s�lo entre las trabajadoras y los trabajadores,sino tambi�n dirigidos al alumnado.

- A todas estas carencias hay que a�adir algunas resistencias en el seno de nuestras propias instituciones acad�micas al reconocimiento de las desigualdades existentes en las universidades; resistencias que se concretan en la paralizaci�n o ausencia de poyo a las propuestas para reducir estas desigualdades, evidenciadas por unos datos que a veces tambi�n se ponen en cuesti�n. Dichas resistencias se recrudecen en el contexto de los recortes presupuestarios que auspician la par�lisis de las iniciativas, con independencia de que estas supongan una inversi�n financiera o no.

 2.- La universidad tiene una responsabilidad social.

- Debe formar profesionales capaces de asumir y aplicar en su labor el valor de la igualdad entre mujeres y hombres por lo que resulta necesario aplicar la perspectiva de g�nero en la docencia, en todas las fases del proceso de ense�anza-aprendizaje.

- Debe situarse a la vanguardia en la defensa de valores �ticos y de progreso social, y por eso es importante su funci�n de portavoz de dichos valores y denuncia de las desigualdades que persisten en la sociedad.

 - Debe ser la primera en cumplir con la legislaci�n que se compromete con la igualdad, y rechazar todo aquello que, de forma directa o indirecta, contribuya a la mayor brecha  social entre mujeres y hombres, tanto en las instituciones universitarias, como en el resto de la sociedad.

3.- La promoci�n de la igualdad desde las universidades implica, adem�s, contribuciones intangibles al bienestar social.

La crisis es ocasi�n para repensar el modelo de sociedad que queremos. Las universidades forman a miles de mujeres cuyo potencial la sociedad desaprovecha (en mucha mayor medida que el de los hombres) por la persistencia de la divisi�n sexual del trabajo, que tambi�n desaprovecha el capital cuidador de los hombres.

 Es el momento de exigir a los Poderes P�blicos que mantengan las pol�ticas de igualdad. Siendo conscientes del h�ndicap de la crisis econ�mica y las altas cifras de desocupaci�n en nuestro pa�s, desde la universidad no podemos dejar pasar la portunidad de poner en valor el papel de las mujeres en nuestra Instituci�n.

 La contribuci�n de las mujeres que trabajan o estudian en la Universidad es  fundamental para recuperar el bienestar social en Espa�a. Es necesario, por tanto, denunciar los actuales d�ficits en pol�ticas de igualdad y, a su vez, contribuir en la mejora de la situaci�n de las propias mujeres -colectivo especialmente desfavorecido en  el tan desestructurado mercado de trabajo.

 Por este motivo, en este contexto de crisis consideramos que las Universidades deben proporcionar a las Unidades de Igualdad las herramientas necesarias para que garanticen el camino hacia la erradicaci�n de estas desigualdades en el �mbito universitario.
No perdamos esta oportunidad"