En el an�lisis hist�rico, los profesores Palacios Ba�uelos, Ruiz Rodr�guez y L�pez Mora con cierto af�n revisionista aportan nuevas claves fundamentales de la diplomacia espa�ola del XVIII a partir de fuentes originales y en alg�n caso inexploradas, as� como de la trayectoria pol�tica de los reinados que jalonaron el siglo, desde el final de la dinast�a de los Austrias con Carlos II y la implantaci�n de los Borbones, a la etapa del �ltimo Borb�n de aquella centuria, sin obviar la Guerra de Sucesi�n, las reformas borb�nicas y los reinados de Felipe V, Luis I, Fernando VI, Carlos III y Carlos IV. En ese extenso cap�tulo, anal�tico y conclusivo a la par, los tres autores logran condensar la evoluci�n de la pol�tica y la diplomacia de todo un siglo. Per�odo considerado para algunos historiadores como decadente, pero que hoy d�a la historiograf�a m�s avanzada y perspicaz ha sabido reinterpretar y comprender como �poca de cambio, transformaci�n e incluso reforma del pa�s y sus gentes gracias, sobre todo, a la impronta de las ideas ilustradas.

Respecto a la diplomacia espa�ola en el siglo XVIII, seg�n los mencionados autores, Espa�a debi� esforzarse en gran medida en lograr un imposible, consistente en que, una vez perdida la hegemon�a mundial lograda en los siglos precedentes y sobre todo tras la Guerra de Sucesi�n al trono espa�ol, el retroceso territorial y la influencia internacional del otrora invencible imperio espa�ol no fueran a m�s. Todo ello en el marco de la confrontaci�n de las dos grandes potencias de la �poca, Francia �con la que finalmente se al�a Espa�a por la relaci�n familiar entre las dinast�as reinantes� y Gran Breta�a; sin olvidar que nuestro pa�s tambi�n tuvo que mantener un severo pulso con otras potencias emergentes que ambicionaban los territorios din�sticos espa�oles, como fue el caso de la Rusia de los zares. Por todo ello, los diplom�ticos al servicio de la Corona de Espa�a debieron desarrollar un intenso esfuerzo de adaptaci�n, que este libro contribuye a rescatar en muchos casos del campo del olvido. Y como se argumenta en la monograf�a, tambi�n tuvo su importancia la incipiente profesionalizaci�n del oficio diplom�tico
Toda esta empresa intelectual se ha conciliado en torno a la presencia de dos imperativos: dar cuenta de la diversidad de la actuaci�n internacional de la Monarqu�a espa�ola y retratar las l�neas de fuerza que dan a su evoluci�n, en relaci�n al mundo pol�tico internacional, inteligibilidad hist�rica.

Entre el centenar largo de documentos transcritos, fechados entre el 2 de diciembre de 1700 y el 11 de diciembre de 1793, se localizan los nombramientos de distintos cargos de la diplomacia espa�ola �en especial, de embajadores y ministros plenipotenciarios�, la correspondencia diplom�tica sobre asuntos de una marcada trascendencia para Espa�a, las instrucciones para el desarrollo de las embajadas ante distintas cortes europeas (como el marqu�s de Grimaldi en Viena, el marqu�s de Esquilache en Venecia, el duque de Sotomayor en Portugal, el marqu�s de Almod�var en Rusia, el conde de Aranda en Par�s�), etc. S�lo por citar algunos de los documentos publicados en este libro para que el lector de esta recensi�n obtenga una idea amplia y precisa de su inter�s historiogr�fico, podr�an destacarse los siguientes: las cartas credenciales de distintos embajadores espa�oles, el ceremonial que Felipe V estableci� para la recepci�n de embajadores y pr�ncipes extranjeros (1717), las instrucciones a los comisarios que deb�an realizar la demarcaci�n de l�mites entre Espa�a y Portugal a trav�s del r�o de la Plata (1751), los informes dados al rey sobre los abusos de los corsarios ingleses en aguas espa�olas, la instrucci�n sobre l�mites de Florida y Luisiana y sobre la navegaci�n del r�o Mississippi (1784), etc.

En definitiva, una monograf�a que da cuenta del profundo significado hist�rico de la acci�n diplom�tica espa�ola cuya importancia se�alan los tres autores antemencionados. Una obra especialmente atractiva para todos aquellos interesados, especialistas o no, en acercarse a la pol�tica exterior de Espa�a en una �poca crucial de nuestra historia.