Lunes, 22 de Junio de 2015 09:14

Disponer de buenas habilidades de inteligencia emocional te protege frente al acoso escolar

Antonio Mart�n
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El investigador del Departamento de Psicología de la Universidad de Córdoba José Antonio Casas El investigador del Departamento de Psicolog�a de la Universidad de C�rdoba Jos� Antonio Casas

Un estudio de las universidades de C�rdoba y Sevilla concluye que el profesorado debe reforzar el reconocimiento de emociones propias y ajenas para reducir la violencia en las aulas

Ante una situaci�n de acoso escolar, un conjunto de habilidades conveniente cultivado y denominado �inteligencia emocional� puede servir de caparaz�n protector ante la agresi�n. As� lo han observado psic�logos de la Educaci�n de las universidades de C�rdoba y Sevilla en un amplio estudio con 2.800 estudiantes andaluces de entre 11 y 21 a�os que cursaban estudios desde primero de ESO a segundo de Bachillerato. Con el fin de reducir los casos de acoso escolar en las aulas, los cient�ficos recomiendan a los profesores una gesti�n del aula que potencie las capacidades de los alumnos para reconocer las emociones propias y de los dem�s, por el que tengan una respuesta adecuada ante situaciones de violencia.

�La labor del profesor no se circunscribe a ense�ar una materia, sino que tambi�n debe motivar una serie de habilidades sociales, de comportamiento y de autoconocimiento entre sus alumnos�, resume Jos� Antonio Casas, profesor del Departamento de Psicolog�a de la Universidad de C�rdoba. Bajo esta perspectiva, el equipo cient�fico se centr� en la comparar la gesti�n de la clase que realiza el profesorado y la inteligencia emocional desarrollada por los estudiantes. El resultado ha sido publicado en British Journal of Educational Psychology y puede ayudar a establecer pol�ticas para reducir la incidencia de este tipo de agresiones, que afecta a en torno a un 10% de los estudiantes de Secundaria y Bachillerato.


�No se trata de un fen�meno habitual en las aulas en los que la mayor parte de los estudiantes est� involucrada, pero esto no significa que sea problem�tico y haya que atajarlo�, expone Casas. Los casos de acoso escolar suelen tener una importante repercusi�n social, �al ser amplificados por los medios de comunicaci�n�, aunque en realidad s�lo uno de cada diez alumnos est� involucrado, ya sea en el papel de v�ctima como el de agresor. En el caso del ciberacoso, este porcentaje puede ascender al 20% de los estudiantes.


Los investigadores pasaron un cuestionario a una muestra de alumnos representativa de Andaluc�a, con estudiantes de 24 centros de las ocho provincias de poblaciones rurales, de tama�o medio y capitales de provincia y matriculados tanto en colegios e institutos p�blicos como privados. A los encuestados se les pregunt� directamente si eran agresores o v�ctimas, si hab�an sido golpeados o insultados y si hab�a sido de forma reiterativa. �Al ser cuestionarios an�nimos, las respuestas de tanto los agresores como las v�ctimas suelen ser sinceras�, indica Casas. Tambi�n se les cuestion� sobre sus reacciones y manifestaci�n de diferentes sentimientos y qu� evaluaci�n hac�an de la gesti�n de la clase por parte de los profesores.

El papel de la inteligencia emocional

Se puede definir la inteligencia emocional como la capacidad de un individuo para reconocer las emociones propias y de los dem�s, regular estas emociones y el tipo de respuestas que da. Un beso, por ejemplo, es una manifestaci�n de sentimientos y, por tanto, de inteligencia emocional. Los investigadores observaron que las tres vertientes de la inteligencia emocional (reconocimiento, regulaci�n y respuesta de los sentimientos) influ�an en la respuesta que daban las v�ctimas ante un acoso. �Cultivar unas buenas habilidades en cuanto a responder y regular emociones de todo tipo ayuda a protegerte del acoso escolar�, explica Casas. Se detect� disponer de poca inteligencia emocional o tenerla muy desarrollada �es una actitud proclive para ser v�ctima�, apunta el psic�logo.

De igual modo, los investigadores observaron que la respuesta del profesorado influye en c�mo el alumno regula, atiende y da respuesta a sus propias emociones y las de los dem�s. Por ello, recomiendan una gesti�n positiva de la clase, esto es, ser cercano con su alumnado. �Con este trabajo, se ha puesto en evidencia hasta qu� punto es importante invertir en la formaci�n del profesorado para revertir la violencia en las aulas, ya que, aunque los educadores han adquirido mayor sensibilidad con este tema, los protocolos de actuaci�n se pueden mejorar con la inclusi�n de variables como la gesti�n positiva de la clase o la potenciaci�n de la inteligencia emocional�, explica Rosario Ortega, catedr�tica de la Universidad de C�rdoba e investigadora principal del equipo (www.uco.es/laecovi)

En este sentido, la responsable del Laboratorio de Estudios Sobre Convivencia y Prevenci�n de la Violencia de la Universidad de Sevilla, Rosario del Rey, se�ala que �una de las claves de este estudio es establecer una base para mejorar las intervenciones en casos de acoso escolar. �Lo que se hace est� bien en parte, pero hay orientarse hacia una atenci�n personalizada con el alumnado en los procesos de detecci�n de acoso escolar�, incide. En este sentido, los investigadores de la Universidad de Sevilla trabajan en el dise�o de un programa de intervenci�n para poder transferir este conocimiento a las administraciones competentes en materia educativa.

El fen�meno del acoso escolar mengua conforme el alumno madura, ya que va adquiriendo mayor inteligencia emocional. Aunque paralelamente aparece otro fen�meno: el del ciberacoso a trav�s de dispositivos m�viles, fundamentalmente a trav�s del m�vil y el ordenador. El poyecto est� financiado por Plan Estatal 2013-2016 Excelencia del Ministerio de Econom�a y Competitividad (Sexting, Ciberbullying y Riesgos Emergentes en la Red: Claves para su Comprensi�n y Respuesta Educativa, EDU2013-44627-P).


Jos� Antonio Casas, Rosario Ortega, Rosario del Rey; Bullying: �The impact of teacher management and trait emotional intelligence�; British Journal of Educational Pscyhology. 2015.

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